- Orlando Gomez
- Oct 11, 2023
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La tasa de interés de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos están rondando niveles que no se habían visto desde antes de la crisis financiera del 2008, parece que la era de los intereses bajos llegó a su fin y en la República Dominicana debemos hacer los ajustes para ese fin. En esta ocasión propongo la implementación de medidas de austeridad para mitigar los efectos de la inflación y los altos intereses de la deuda soberana.
La importancia de considerar el costo de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos es que estos se utilizan como referencia respecto al costo de la deuda de los demás países, incluyendo la República Dominicana. Si las tasas de la deuda americana suben, es razonable esperar un aumento proporcional sobre las tasas de nuestra deuda. Una deuda más cara tendrá un impacto importante sobre nuestro presupuesto, si hoy el servicio de la deuda supone una carga cercana al 25% de los ingresos del Estado, este número tenderá a incrementarse de forma dramática si se mantiene la misma oferta de deuda desde el Estado y las tasas son más altas.
Por supuesto, una mejor solución sería una verdadera reforma fiscal que por un lado incremente los ingresos del Estado y que reduzca los costos de cumplimiento tributario para los contribuyentes. Pero siendo realistas, en el mejor de los casos esa reforma no va a llegar hasta por lo menos en el 2025, y considerando nuestro historial de reformas fiscales, esta tampoco es garantía de un aumento importante de los ingresos fiscales.
Implementar medidas de austeridad, en estas circunstancias, puede hacerse con mayor velocidad y tener efectos inmediatos, no solo en reducir la necesidad del Estado dominicano de colocar más deuda, sino en mejorar las perspectivas de la inflación local. Adicionalmente, el Estado tendría mayor control sobre los efectos reales de las medidas y puede permitirse hacer ajustes en el camino, incluyendo revertirlas instantáneamente cuando las circunstancias internacionales en las tasas de interés sobre la deuda soberana cambien.
Las necesidades de financiamiento externo estimadas para el 2024 alcanzan la suma de DOP 240 mil millones, una reducción del gasto en alrededor del 1% del PIB significa una reducción de aproximadamente el 35% de esa suma necesaria para cubrir nuestro déficit, lo que sería más que suficiente para mitigar el impacto del incremento del costo de endeudamiento dada las circunstancias externas.
No soy de los creyentes que la reducción del gasto público implica una panacea para las finanzas del Estado, ni tomo la perspectiva de la imposición de medidas de austeridad a la ligera. Pero la realidad es que la actual coyuntura se podría extender por un buen tiempo, y su impacto se va a estar sintiendo mucho antes de que el Estado dominicano pueda hacer el ajuste fiscal. Una vez se haya logrado el ajuste, y si las circunstancias externas que van a estar impactando a nuestra deuda soberana mejoran sustancialmente, cualquier medida de austeridad implementada ahora podría ser levantada.
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