- Orlando Gomez
- Jun 13, 2023
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La República Dominicana depende de sus playas para sostener la actividad turística, uno de los componentes más importantes de su economía, por lo que la situación del sargazo es una crisis como ya lo ha identificado el gobierno. En esta ocasión propongo otorgar una concesión para recogida del sargazo en nuestras playas y costas para poner en manos del sector privado la búsqueda de usos comerciales para esa alga.
Al sargazo se le ha encontrado utilidad como ingrediente de cocina, como componente para productos cosméticos, pero más interesante aún, como abono y fertilizante líquido para la agricultura. Hay otros usos posibles, como parte de un biocombustible, pero esa es una tarea que el Estado debe ceder al sector privado, quien es que debe hacerse cargo de desarrollar productos comerciales viables empleando el sargazo, lo que no quita que el Estado pueda utilizarlo para acciones de interés público como el control de la erosión alrededor de nuestros ríos.
Por supuesto, la recogida y procesamiento del sargazo debe ser ecológicamente sostenible, de modo que esta no resulte en un daño mayor a nuestras playas que el sargazo mismo. Se debe incentivar a que la captura de la mayor parte del sargazo se haga en la costa y no en las playas, para mitigar los efectos negativos que pudieran derivar de la recogida de este en las playas.
El Estado no saca nada de incurrir en el gasto de recoger el sargazo y luego apilarlo en un vertedero, es por ello que este se debe apalancar en el sector privado para sacarle provecho económico al alga, de forma que este problema se convierta en una oportunidad, pero esta potencial materia prima se encuentra en terrenos públicos, por lo que es indispensable la concesión estatal.
Adicionalmente el Estado puede crear incentivos fiscales para el uso comercial del sargazo. Se pueden otorgar créditos fiscales por las inversiones en investigación y desarrollo para la recogida y uso del sargazo. Puede además exonerar los impuestos de la comercialización de los productos derivados del sargazo y establecer un régimen tributario similar al de las zonas francas para todas las empresas en la cadena de comercialización de productos derivados del sargazo, desde su recogida, almacenamiento, procesamiento, transformación y comercialización.
El sargazo es un problema serio para nuestro turismo, un problema que solo irá empeorando con el pasar del tiempo debido a los efectos del cambio climático en los océanos. Sin embargo, ese problema podemos convertirlo en un enorme oportunidad cultivando un ecosistema productivo enfocado a comercializar cualquier derivado que se pueda desarrollar del sargazo como materia prima y hacerlo una industria. De esta forma no solo logramos mitigar los efectos del sargazo sobre nuestras playas y turismo, sino que creamos nuevas oportunidades económicas y más empleos para nuestro país.
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