- Orlando Gomez

- Jun 22, 2024
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La pregunta “¿Qué necesita la República Dominicana de Haití?” debe ser un plan con diferentes etapas a ejecutar en distintos plazos orientadas hacia un mismo motivo. Luego de propugnar por la estabilidad política en Haití luego de unas elecciones democráticas, impulsar la modificación de su Constitución y empezar el ajuste de su normativa para que empiece a replicar la dominicana, debemos poner nuestra atención en las políticas de comercio exterior de nuestro vecina y encausarla en una dirección que nos favorezca.
Haití históricamente ha sido un país cerrado al comercio internacional e incluso con su vecino inmediato, nosotros, ha mostrado ser extremadamente cauto y reservado para recibir nuestro comercio e inversión. Si Haití va a cambiar en una dirección que no solamente beneficie a sus ciudadanos, sino también a la República Dominicana, debemos impulsarles hacia la apertura de su mercado interno a la inversión extranjera, especialmente a la nuestra.
Debemos impulsar a Haití a firmar un acuerdo de libre comercio con nosotros en un estándar que se ajuste como mínimo al DR-CAFTA. Por un lado, no solo esto serviría para abrir el mercado haitiano a la producción dominicana, sino que sería un incentivo adicional para que Haití se movilice a estandarizar su normativa interna usando el modelo dominicano.
Aprovechando el contexto de las negociaciones para hacer posible ese acuerdo se puede definir el régimen de tránsito de bienes, servicios, capital y personas entre nuestras fronteras, de forma tal que no solo nuestros productos, servicios e inversiones puedan fluir sin mayores trabas hacia Haití, sino que adicionalmente podamos regularizar el flujo de personas hacia la República Dominicana de modo tal que sea beneficiada nuestra economía.
Una vez empiece el desarrollo y profundización del comercio bilateral más allá del mercado fronterizo, desde República Dominicana podemos empezar a construir la infraestructura que permita a Haití beneficiarse de nuestra infraestructura de puertos y aeropuertos, creando rutas de carga de bienes desde nuestros puertos hacia las principales ciudades de Haití como Puerto Príncipe, Port-de-Paix, Gonaives y Cabo Haitiano, para que la República Dominicana funja como el punto de recepción estable de los bienes con destino a Haití en la medida que nuestros vecinos empiecen a desarrollar su propia infraestructura para recibirlos.
Adicionalmente, debemos anclar el peso dominicano como la moneda de liquidación de transacciones comerciales entre ambas naciones. Esto supone permitir que Haití se pueda endeudar en el mercado dominicano, que denomine partes de sus reservas internacionales con nuestra moneda y que permita la libre convertibilidad de su moneda con el peso dominicano. Esto crearía una dinámica poderosa dentro de la isla que en el largo plazo permitirá un desarrollo económico sustancial en ambos lados de la frontera.
“¿Qué necesita la República Dominicana de Haití?” claramente el desarrollo del comercio binacional y la apertura del mercado haitiano los bienes, servicios e inversiones de la República Dominicana van a ser una parte fundamental en la ejecución de la respuesta de esa pregunta. Esto requiere un abordaje con una perspectiva estratégica como los demás puntos anteriormente considerados, siendo este uno de los objetivos claramente indispensables para alcanzar ese objetivo.




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