- Orlando Gomez

- Aug 11, 2021
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Updated: Jun 23, 2022

A lo largo de los años he sido abierto sobre mi deseo que la República Dominicana adopte una política más agresiva en el comercio exterior y que extienda sus alianzas comerciales, de forma que nuestros productores puedan acceder a más mercados, podamos tener un mayor poder de negociación en asuntos comerciales y en general favorecer al consumidor dominicano. En este ocasión propongo de manera específica que el país inicie el proceso de su entrada como miembro en la Alianza del Pacífico.
La Alianza del Pacífico está conformada por México, Colombia, Perú y Chile, y hoy es el bloque comercial más importante de Latinoamérica, tanto por la producción y tamaño de los países que le componen, como por el compromiso de estos al éxito del bloque tanto en sus relaciones internas como con las alianzas que han venido forjando en el resto del mundo.
La República Dominicana comparte muchas similitudes a los países que conforman esa alianza, desde la estructuración y el lenguaje en sus legislaciones en asuntos comerciales, hasta los valores democráticos, solidarios e institucionales que hoy les hacen de las naciones más estables de la región.
Para nosotros esto implicaría la apertura de nuestra economía hacia el comercio en el Pacífico, ya que en adición a comerciar libremente con esas naciones, nuestra entrada podría darnos la oportunidad de acceder a otros acuerdos como el Acuerdo de Asociación Transpacífico, diversificando nuestra opción comercial en toda esa región y en particular en Asia, más allá de China.
Nuestra entrada a la Alianza del Pacífico pudiera también servir como un factor importante en una diversificación de nuestra producción económica. Teniendo un acuerdo con Estados Unidos y Europa, integrarnos dentro de un acuerdo con México significa que podemos entrar en la cadena de suministros para la producción manufacturera que ahora se concentra en México y que se mueve a lo largo de algunos países en Asia.
Adicionalmente se suman dos componentes importantes dentro de los beneficios potenciales de nuestra entrada en la Alianza del Pacífico. El primero es la atracción de capitales hacia nuestro mercado de valores en la medida que este se integre a los de los países miembros de la alianza. El segundo es el libre tránsito de personas entre los países miembros, permitiéndonos acceder al capital humano educado de esas naciones y en cambio dar más oportunidades a nuestros ciudadanos para lograr sus metas personales dónde así lo deseen y surjan las oportunidades.
La República Dominicana ya es miembro observador en la Alianza del Pacífico y puede aprovechar el interés reciente de Costa Rica y Panamá de unirse para también adherirse y fortalecer a la misma. Los beneficios estratégicos de nuestra entrada son materiales y las necesidades de aprovecharlos podrían surgir con mayor urgencia de lo que quizás actualmente imaginamos.




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