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  • Writer: Orlando Gomez
    Orlando Gomez
  • Apr 16
  • 3 min read


Francina Martínez Bernechea es un nombre dentro de los 231 que hasta ahora figuran entre los fallecidos en la tragedia del Jet Set el pasado martes 8, un día que marcará a nuestro país y la psique de nuestra sociedad por muchos años. Ese día perdimos muchísimas personas valiosas, algunas muy reconocidas por sus grandes aportes en actividades populares como la música y los deportes, y otras que algunos comentaristas han llamado “anónimas”. Hoy me permito escribir un poco sobre Francina y cada una de esas más de 200 personas cuyos nombres son menos conocidos pero que significan un mundo para sus familiares, allegados y, muy especialmente, para todo el país. 


Había coincidido con Francina desde la niñez y mis años formativos, pues ambos fuimos al mismo colegio y a la misma universidad durante similar tiempo, con la diferencia que le llevaba un año. Esa diferencia influye en que solo me atreva a decir que realmente conocí a Francina a partir del año 2021 cuando ella pasa a ser mi compañera de trabajo, pues fueron en los siguientes años a partir de ese momento en los que realmente nos tratamos con mayor frecuencia.  


Francina era una persona brillante en múltiples facetas, no se trataba únicamente de su inteligencia, virtud que le sobraba, sino de su metódica determinación de lograr que las cosas ocurrieran. Esa mezcla de talentos derivó naturalmente hacia el desarrollo de su liderazgo, pero no cualquier liderazgo, sino un liderazgo inspirador, de los que llevan a un equipo a lograr que las cosas ocurrieran, y no cualquier cosa, sino cosas que genuinamente no creí posibles en el ambiente y cultura que Francina empujó a que ocurrieran.


Tuve el honor de ser testigo de cómo Francina formó su equipo y junto a ellos lograr no solo cambiarle el rostro a una organización, sino con ello, y sin ningún temor a exagerar, cambiar para bien el país. Cientos de miles de dominicanos hoy disfrutan los avances y cambios logrados por Francina y su inspirado equipo de personas determinadas, y millones lo harán durante los años por venir.


Junto a Francina otros 230 dominicanos fallecieron ese fatídico martes, y todos y cada uno de ellos igual de valiosos e igual de importantes para esta nación que hoy está de luto pensándoles. Desde los padres y madres que construyeron familias con su amor y dedicación, los que trabajaban día y noche aportando a la construcción de una mejor sociedad desde sus roles, los que trabajan allí en el Jet Set poniendo de su parte para brindar alegría a todos noche tras noche, asimismo, Elida, Darlenys, Madeline y Auilsa mis también compañeras de trabajo que simultáneamente perdí esa día y para quienes siempre guardaré admiración y aprecio. 


Un número no le hace justicia a la dimensión de la pérdida sufrida por la República Dominicana el 8 de abril. Se nos fueron muchos padres, madres, hermanos, hijos, amigos y compañeros y esa herida como dolientes directos e indirectos de todas esas personas no va a cerrar en mucho tiempo. Aún así, por encima de todo ese dolor, es realmente difícil cuantificar lo que perdimos como nación cuando en un instante nos abandonaron tantas de las manos que nos venían ayudando a construir un mejor país.


Descansa en paz Francina, descansen en paz todos ustedes, mis compatriotas que partieron esa noche. No puedo más que prometerles todo nuestro empeño de seguir construyendo sobre lo que ustedes ya habían logrado y terminar de construir el país de nuestro orgullo. Muchas gracias por tanto.          


  • Writer: Orlando Gomez
    Orlando Gomez
  • Apr 2
  • 3 min read


El libro “Abundance”, un New York Times Bestseller, de Ezra Klein y Derek Thompson es una lectura obligatoria para cualquier persona interesada en políticas públicas, sus problemas actuales y una visión de futuro, indistintamente de su ideología política o ubicación geográfica. Describe exhaustivamente muchos de los problemas actuales de los Estados Unidos, las limitaciones de su capacidad de Estado, como se llegó hasta allí, que pudiera hacerse para romper las cadenas de la inacción y propone un nuevo enfoque para hacer frente a las necesidades del futuro. 


El libro aborda la abundancia como un enfoque de la política del Estado desde la perspectiva de 5 capítulos cuyos títulos son bastante auto-explicativos: Crecer, Construir, Gobernar, Inventar, Desplegar. En estos, Klein y Thompson, desarrollan temas que no son extraños para quienes han leído sus contribuciones habituales en los periódicos The New York Times y The Atlantic. Los liberales en Estados Unidos, y me atrevo a incluir a las democracias liberales de occidente, les gusta medir la efectividad de su gobernanza alrededor del cumplimiento de procesos y mover dinero, y no lo que, en efecto, construyen con esos procesos y dinero, y como indican los autores: “Lo que importa no es cuánto se gasta. Lo que importa es cuanto se construye”. 


De manera reiterativa el libro compara la capacidad de lo que puede ser construido en Estados Unidos con lo que logra construir China en un mismo período de tiempo, y el contraste es intimidante: “En el mismo tiempo que a California le ha tomado fracasar en construir 500 millas de rieles para trenes de alta velocidad, China ha construido más de 23,000 millas de rieles para trenes de alta velocidad”. Esto debe ser un llamado de atención a las democracias desarrolladas donde el proceso asume mayor importancia que los resultados, debilitando lo que los autores llaman la “fe en el Gobierno” en nuestros Estados, mientras hacen más atractivos a los gobiernos autocráticos que simplemente construyen. 


El libro tiene un enfoque, admitido por los mismos autores, bien americano y en particular hacia la izquierda y centroizquierda en Estados Unidos resaltando sus puntos débiles de gobernanza y activismo en el pasado y haciendo un llamado de atención para promover el cambio hacia el futuro. No obstante ese enfoque, “Abundance” es muy útil para los que estamos fuera, y en particular países como República Dominicana que tiene a Estados Unidos como su mayor influencia comercial y regulatoria, para detectar los errores que venimos replicando y prevenirlos. 


Dicho lo anterior, personalmente me hubiera gustado ver enfoques más geográficamente neutrales sobre el concepto de abundancia que proponen Klein y Thompson. Hay aspectos de madurez institucional y economías de escala que se toman por sentado cuando se considera un plan enfocado en promover abundancia en un país como Estados Unidos, que distan mucho de las realidades como el nuestro o el resto de Latinoamérica donde el concepto de “abundancia” puede ser considerado pero donde se necesitaría brincar sobre obstáculos adicionales que no existen en Estados Unidos. 


De todas formas recomiendo la lectura de “Abundance”, de Ezra Klein y Derek Thompson, por lo que este mensaje podría suponer políticamente en el futuro cercano de los Estados Unidos y sus potenciales ramificaciones para el resto de nosotros que para lo bueno y para lo malo nos situamos en el rango de contagio de nuestro vecino.


  • Writer: Orlando Gomez
    Orlando Gomez
  • Mar 26
  • 3 min read


La paradoja de Fermi es una conclusión derivada de la ecuación de Drake, esta última estipula que las posibilidades de que exista la vida extraterrestre debe ser no solo alta sino que esta debe ser muy abundante en el espacio. Sin embargo, no obstante nuestros avances tecnológicos, no hemos encontrado evidencias de su existencia, ante esto surge la paradoja de Fermi que hace la simple pregunta ¿Dónde están todos. Una de las respuestas propuestas a la paradoja de Fermi es la hipótesis del bosque oscuro. 


La hipótesis del bosque oscuro originalmente planteada por David Brin y luego popularizada por el autor de ficción Liu Cixin, sugiere que la ecuación de Drake es correcta y que en el universo abundan las civilizaciones inteligentes, pero todas se mantienen “calladas” tratando de ocultar su existencia de otras civilizaciones para cuidar su propia supervivencia, bajo la idea de que si otra civilización inteligente les descubre esta iría a exterminarla. 


La hipótesis del bosque oscuro es una buena descripción de la situación en la que estamos muchos países alrededor del mundo desde los últimos meses y por el futuro previsible. El bosque oscuro sería la estrategia geopolítica de no llamar innecesariamente la atención para evitar una reacción negativa, en el mejor de los casos, o agresiva en el peor, de otras naciones más poderosas. Esta lógica es probable que guíe muchas decisiones de nuestros gobiernos y es más que razonable que así sea. 


Una provocación general ha sido anunciada para el próximo 2 de abril, y aún no es claro como la misma pudiera impactarnos, o si lo hará en lo absoluto, pero en caso de que sí nos afecte y sin importar la magnitud de esa afectación, siempre va a ser preferible continuar bajo el resguardo del bosque oscuro porque, lamentablemente, siempre podrá ser peor. 


Dicho todo lo anterior, debemos estar conscientes de que en esta vida, en nuestro escenario, no existe un bosque oscuro. Y lo que enfrentamos es simplemente una contingencia que quizás nunca consideramos seriamente y que nos cuesta aceptar que existe, pero ahí está. Y realmente se reduce a una realidad de dos opciones, o cruzamos los dedos y esperamos que no se materialice o nos preparamos para la posibilidad de que quizás sí. Y me parece que lo responsable es cuanto menos planificarnos para el peor escenario y ver nuestras alternativas, porque alternativas sí existen. 


Por demasiado tiempo hemos pensado que nuestro único destino comercial tenía una dirección y colgamos todos nuestros huevos en esa canasta, hoy esa idea se muestra como una apuesta arriesgada. Quiero creer que es posible dormir sobre esa apuesta y apostar al bosque oscuro donde el apetito voraz despertado en nuestra gallina de huevos dorados no nos detecte para afectarnos, pero tampoco me parece una estrategia adecuada para manejar un Estado.


República Dominicana tiene la oportunidad de cerrar acuerdos de intercambio comercial con países como Canadá, México, Perú, Chile, Argentina y múltiples países de Asia, en adición a establecer lazos más cercanos con la Unión Europea, pero esto implica alejarnos de los tabúes del pasado y darle cara a un nuevo mundo. La decisión está en nuestras manos, de si tomar nuestro destino bajo el resultado de nuestras propias decisiones o si dejar la seguridad socio-económica de nuestra nación al azar de la hipótesis del bosque oscuro. 


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